martes, 15 de septiembre de 2009

Cosas curiosas que me pasan

En siete temporadas de la Dra Conyowitz ( mi sexóloga para las despedidas de solter@s) he visto casi de todo.
Y bien dicho, casi de todo:
El jueves a la noche me dirijo a un restaurant a hacer un show. Al llegar, la guía del grupo me informa que el novio tiene tamaño ciego y que está dejando su estómago y su alma en el wáter.
Minutos más tarde, mientras me cambiaba en un lavabo adjunto, pude comprobarlo: el tío emitía sonidos dignos de un heavyata emocionado.
Arrrrrrrrrrrrrrrrghhhhhhhhh!
Pero cuando ya daba por perdida la actuación, el novio pareció volver a la vida y se acercó al salón donde se encontraban sus compañeros.
Comienzo con mi monólogo y el tío, pálido como la luna, participa, se ríe, aplaude.
Cerca del final del show, veo que éste coge una servilleta y se tapa la boca. Sigo con mi juego.
Cuando dirijo mi mirada al novio para hacerlo participar, veo que aún más pálido que antes, sigue con la servilleta y que dos pequeñas cascadas blanquecinas caen por los lados de su boca.
El pobre, llevaba un rato aguantando el vómito para no interrumpirme!
Ante tal situación, pido a uno de sus amigos que lo lleve al wáter a continuar con el ritual vomitivo.
Aunque parezca raro, su actitud me dio mucha ternura: estaba valorando mi trabajo!