Así que comienzo: 1, 2, 3, 4: un ojo... 5, 6, 7, 8: el otro... 9, 10, 11: mi nariz... 12, 13, 14, 15: mi boca, etc...
Cuando al fin consigo salir a la calle, después de verificar que llevo las llaves, el dni, el móvil, ropa, etc... me toca entrar al metro.
El metro a esas horas es una dimensión desconocida, una extraña mezcla entre lagañosos trabajadores y desencajados fiesteros. Unos van y otros vienen. Pero ambos tienen algo en común: todos parecen zombies.
Cada vez que vivo esta situación, que por suerte se da poquísimas veces al año (debería estar prohibido levantarse antes de las 9!) recuerdo una canción de El Sobrino del Diablo. El Sobrino es un cantautor-humorista que colabora hace años con Lapsus y quien ha inaugurado los conciertos íntimos que hacemos en nuestro local.
Os invito a escucharlo, que disfruten! Yo... me voy a hacer una siesta...