domingo, 4 de mayo de 2008

Música para mis oídos

Todo el mundo tiene sus grupos favoritos, esos por los que de adolescentes haces mil sacrificios para juntar la pasta para la entrada del concierto, comprarte el nuevo CD o la camiseta oficial.
Uno de mis grupos es Bersuit Bergaravat (La Bersuit). En una de mis espontáneas incursiones radiales, en el 94, conocí al pelado de la Bersuit. Con una amiga y mi prima Andrea, comenzamos a concurrir a una radio (Radio Sol) en la Paternal, particularmente al programa "Imágenes" que conducía un pelilargo, al mejor estilo Bon Jovi cuando hacía la banda sonora de "Comando Especial" (que guapo Johny Deep! por dios!). El pelilargo lleva el nombre de Fernando ( y no sé más... nada más).
Fue ahí, en esa entrevista, donde hablaba de sus primeros discos (los mejores, para mí) y del tema que se pasaba por la radio causando escándalos en algunos oyentes, ya que hablaba de la masturbación (Una papita).
Conseguí los CD y me hice fan. En casa tenía un poco chungo lo de escucharlos, ya que sus letras eran un tanto transgresoras y a mis viejos no les hacía nada de gracia que mis hermanos peques estuvieran cantado "hijos de puta, hijos de puta.. como nada puedo hacer, puteo...)
Lo curioso de esta banda - además de su excelente música y sus letras- era su estética: tocaban en pijama. La razón por la cual utilizaban este atuendo, según han contado, era para homenajear a los locos del Hospital de Salud Mental Borda (cuna de la radio La Colifata, ahora conocida gracias a la publi de Aquarius).
Así que los primeros fans, en esas épocas de conciertos en localuchos de mala y media muerte teníamos dos opciones: o pintarnos la camiseta o ir en pijama. Como adivinarán, la segunda era mi opción preferida. Encontrarme con mi novio y sus colegas, todos enpijamados era genial.
Hoy esta banda se ha hecho grande y cada tanto se dejan caer por aquí. En el 2004 asistí al primer concierto que hicieron en la sala Razzmatazz con mi pijama azul de soles y lunas, como no.
Para espanto de mi pareja de entonces, fui convidada a subir al escenario y bailar con la banda (-Ésta es de las viejas, dijeron).
Y... lo que pasa también con la distancia, es que a uno le cuesta seguir el ritmo. Los últimos discos los he escuchado menos y casi no me sé las letras de las canciones.
Igual me sucede con mis bandas de gritos y pogo: La Renga, Los Piojos, Patricio Rey y sus redonditos de Ricota, Ataque 77, etc
Ahora escucho lo que me acerquen a los oídos: disfruto como una loca de Sabina, he encontrado un feeling rockero con los MClan, bailo desaforada con Dusminguet, me muero de risa con El Gary y su banda ancha y recientemente he descubierto una banda que seguramente se haga grande-grande: Love of Lesbian (www.myspace.com/loveoflesbian)
Así que Bustamante o Bisbal, no os preocupéis, si me encontráis inspirada, también os bailo.